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Anónimo
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Siguiendo la historia, los primeros roces que tuve con Ariana fueron similares, cada que podíamos y estábamos solos le gustaba rozar su culo conmigo. Ahora que tengo más uso de razón, pienso en todas las cosas que pude haber hecho y me arrepiento de no haber iniciado antes, pero como vuelvo a repetir, en ese entonces era bastante tímido respecto al tema de sexualidad y el acceso a internet no era tan libre como ahora, por lo que descubrí y aprendí acerca de las situaciones eróticas durante el mismo trayecto, en ese entonces los celulares eran los típicos con pantalla azul, y con todos los números y 3 letras por tecla, que recuerdos.
Luego de varios momentos de roce, me aventuré yo mismo a ser un poco más osado. Pasamos del roce de su culo, a yo tocar sus pechos mientras lo hacía, o meter mi mano en su entrepierna, todo por encima de la ropa, en esto me ayudaba bastante que ella gustase de usar faldas, ya que recuerdo que sobaba encima de su ropa interior, esto último no le gustaba mucho ya que siempre terminaba un poco mojada y tenía que cambiarse la ropa interior. Siempre que pasaba estas situaciones, hablábamos poco o nada, o hablábamos como si no estuviera pasando nada.
A partir de aquí contaré momentos exactos de las situaciones que se dieron, y lo diré también por última vez, no me juzguen, era un puberto que no sabía nada acerca de chicas y fui aprendiendo en la marcha.
Uno de los mejores recuerdos que tengo era que, al ser yo el mayor, muchas veces invitaba a todos los niños de mi barrio a jugar en mi casa, ya que casi siempre estaba solo podía usar mi sala para armar casitas o jugar a las clases mismo chavo del 8. Uno de esos días, recuerdo que estábamos Ariana, su hermano menor, otro niño más y yo jugando en la calle y les ofrecí ir a jugar en mi casa. Recuerdo exactamente cómo estaba vestida: tenía una falda bastante corta color blanco y un top de tirantes con flores delante blanco también. Estando dentro de mi casa, les dije que podíamos jugar a las escondidas, la casa no era tan grande pero había varios sitios para esconderse.
Empecé contando yo y luego rotábamos, para esto, en el cuarto que compartía con mi familia había un camarote en el que yo dormía, usaba la cama de arriba, mientra que la cama de la usábamos para almacenar cajas. Cuando el hermano de Ariana empezó a contar, le dije a Ariana que podíamos escondernos en la parte arriba de mi cama y ocultarnos con las frazadas (cobijas), ella aceptó, pero el otro niño también quiso ir con nosotros, tuve que insistir en que le diría un mejor escondite para que nos pudiera dejar solos. Ya subiendo y estando ocultos, ella se echó primero y yo encima de ella. Nos tapé por completo y empezó el roce de siempre. Ese día, aprovechando la situación, di rienda suelta a mis instintos y la toqué con mis manos todo el cuerpo, empecé tocándole la cabeza, el cabello, bajé al cuello, los hombros, seguí bajando a los senos, me entretuve bastante con ellos, le sobé el vientre, y bajé a su pubis, no me animaba a bajas más, hasta que ella misma me agarró la mano como pudo y la bajó un poco más. Recuerdo que ambos jadeábamos ligeramente, pero dado que ella misma guió mi mano, seguí hasta llegar a su ropa interior. Fue lo mejor, aunque no pasó ni 10 segundos cuando su hermano, desde abajo, dijo que sabía que estábamos arriba y que ya había atrapado al otro niño. Yo me asomé del camarote y le dije que le tocaba contar al otro niño, así que mejor se fueran a contar y esconder. Como que me hicieron caso de mala gana y salieron del cuarto, para esto Ariana no decía nada y seguía en la misma posición mientras nos seguíamos sobando, volví a taparnos por completo y mi mano fue directo a su ropa interior. Pasó un momento y ella dijo que ya se quería salir, yo le insistí en que estábamos bien allí y me dijo que no, que no quería mojar su ropa interior. Yo estaba al 100, en ese momento obviamente no lo sabía, pero me sentía bien y solo quería que esa situación jamás acabara. Me insistió en que se quería bajar, y cómo es la cabeza del hombre, cuando es por sexo dice cualquier cosa, le dije que si no se quería mojar la ropa interior se la podía quitar pues estaba con falda y si pasaba algo se la podía volver a poner rapidamente.
No me respondió, pero empezó a moverse tratando de quitarme de encima. Entendí que si era muy insistente podía kgarla así que me puse a su lado. Grande fue mi sorpresa cuando solo se puso de costado, y se dobló ligeramente, sacando más su gran culo y arrimándomelo. Decidí seguir con el sobeteo pero estando de cucharita, nuevamente pongo mi mano en su ropa interior, a lo que ella susurra:
- No, se va a mojar mi calzón, no quiero.
- ¿Entonces ya no quieres?
- ...
- Mmm, ah, está bien.
Estando de cucharita, empecé lentamente a bajarle la ropa interior lentamente, para esto, ya no estábamos tan tapados con la frazadas, así que pude ver su ropa interior color rosado, ligeramente mojada por la parte delantera. Fue fácil empezar a bajarla de un lado, pero del lado sobre la que estaba acostada se me dificultaba un poco, pero ella misma subió un poco la cintura y pude bajarla por completo. Estando de costado recuerdo que su culo jaló por completo mis ojos. Empecé a tocarle las nalgas y sobarle toda la parte inferior, empecé a pasar mi mano en forma de palma por la raja de su culo. Se sentía calentito, luego me acerqué y la empecé a puntear (yo seguía con ropa, si, era tremendo imbécil) y le sobaba esa rica vaginita. Ella empezó a mojarse y empezaba a gemir mas rápido, tenía una de mis manos en su vagina, manoseándola torpemente, la otra en su hombro mientras me sobaba con su trasero. Como pueden imaginar todo esto pasó en no más de 5 a 7 minutos, hasta que nuevamente llegaron su hermano y el otro niño, diciendo que ya no querían jugar porque nosotros nomás nos la pasábamos en la cama. En mi momento de calentura les dije que si querían ir al cyber, que podían coger un dinero que estaba en una parte del cuarto (ese dinero era de mis padres, sabía que si lo agarraba me esperaba tremenda paliza pero en ese momento no me importó) a lo que ellos dijeron que si, les dije que yo iría con Ariana en un momento, que ellos se adelantaran y nos separaran una cabina para cada uno.
Cuando se fueron ella volvió a estar boca abajo, le dije para volver a estar de costado pero no me respondió, intenté voltearla pero se resistía. A mi mente llegó el recuerdo de un video que vi de manera fugaz en la que un hombre le hacía sexo oral a una chica, y yo quería hacer lo mismo, pero ella no quería voltearse, no sabía si por verguenza o lo que sea. Yo estaba demasiado caliente asi que me dije: bueno, voy a chupar lo que pueda, así que, ya estando destapados y solos, le bajé más la ropa interior hasta los tobillos, puse mis manos sobre sus nalgas y las abrí ligeramente. Lo juro, en mi mente, lo que encontraba empezaba a brillar. Fue la primera vez que le vi el anito, pequeño, cerradito, color marron claro. Bajé mi cara con locura y empecé a lamer sus nalgas mientas pasaba mi mano en forma de palma con la raja de su culo. Ya en la aventura, abrí su nalgas y lamí el mejor manjar del mundo. Ese anito sabía a gloria, por si alguno tuvo alguna vez una experiencia en su adolescencia, debe conocer ese sabor semiácido que era un deleite para mi, supongo que antes de salir y felizmente se habría bañado, por lo que no estaba sucio para nada, le lamí toda la raja, me enfocaba en su rico anito, ella gemía y solo la veía apretar los puños cada que podía, ya que mi cara no salía de su culo, intenté lamer más abajo, ese espacio entre el ano y su vagina pero cada que intentaba ella cerraba las piernas o se movía, entendí y preferí seguir deleitándome con ese culo tan delicioso. Habremos estado unos 10 minutos en todo esto cuando decidí meter un dedo en su ya lubricado ano, cuando empezaron a tocar la puerta de mi casa con violencia. Ambos nos levantamos apresurados, ella se ponía su ropa interior mientras yo bajaba de un salto