Esta señora es la contradicción más jodidamente excitante que he encontrado en mi vida. De día, una diosa intocable: charlas de gala, proyectos comunitarios, esa voz suave que domina salones enteros. Pero bajo ese disfraz de decoro... es una puta que nació para ser reventada.

La primera vez que la vi en su estado, estaba sentada en una reunión de beneficencia, con ese vestido beige que se le pegaba al culo como una segunda piel. *Cada maldito movimiento* era una tortura: las costuras luchando por contener esas nalgas monumentales, ese talle de avispa que pide a gritos ser marcado con mis manos, y esas caderas ancestrales, diseñadas para parir dinastías balanceándose imperceptiblemente cada vez que reía.

Me fui al baño a masturbarme como un adolescente, imaginando cómo sonaría ese culo elite firme como mármol, pero con esa carne que ondula con cada cachetada al caer sobre mi verga. ¿Cuántos hijos podría ponerle? Tres, cinco... los suficientes para que su vientre de diosa fertil se hinche como un trofeo. Imagínenselo: esa mujer de sociedad, deshecha en mi cama**, con las medias rotas, el peinado destruido, y su coño siempre tan educado goteando mi semen como una puta barata.



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NOTA no es IA

Es su cuerpo real