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Anónimo
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Ya me di cuenta de que este hilo será enorme, pero bueno,vamos. Espero que alguien lo lea.
Parte 2.1 La hermana
Un buen día, después de casi dos años de relación, pero como un mes sin coger, mi morra me dijo algo como esto, palabras más palabras menos: “La neta ya no quiero seguir contigo, no me gustas y no creo que vayas a llegar a ningún lado. No tienes carro, nunca tienes dinero para salir y cuando tienes te lo gastas en videojuegos”. Me partió la madre negros; al chile ya sabía que esa madre se había ido a la mierda pero que me dijera esas mamadas me rompió. Ya no tuve otra novia en lo que quedaba de prepa, me concentré en las clases, los videojuegos, tocar la guitarra, echar caguamas y un chingo de pajas con las primeras imágenes y videos que empecé a bajar de internet. El tiempo y las pajas pasaron, perdí un año de escuela después de la prepa porque todavía traía el fantasma de las mamadas que me dijo la morra y según me puse a trabajar para comprarme un carro y entrar a la universidad ya bien armado, pero al chile nunca guardé el dinero y me lo gastaba en otras cosas. Como sea eventualmente entré a la universidad, me acuerdo que tenía que tomar dos pinches combis y el metro para llegar, me daba un chingo de hueva pensar en que me esperaban 2 horas de pinche viaje culero; pero pinche vida es caprichosa y cuando ya estaba como en 5 trimestre, en uno de esos viajes larguísimos me topé con la hermana.
Desque que la vi de lejos pensé “no mames que es la hermana, se puso sabrosa”, ahí paradita en la escalera buscando canciones en uno de esos mp3 que eran como usb, estaban culerísimos esos aparatos pero cómo te hacían el paro en esos tiempos. La hermana es 3 años más chica que yo, así que cuando la conocí era literalmente una niña chillona que andaba ahí brincando como pendeja y chingando a cada rato que jugáramos scrabble con ella, pero ya no. Si yo tenía unos 22 o 23 años ella debía tener 19 o 20, conforme me fui acercando noté que tenía unas tetas preciosas, ese es su mayor atractivo hasta la fecha, la verdad es que siempre ha sido guapa, más guapa que la hermana y la neta más guapa que cualquier otra vieja que me haya empiernado, pero sus tetas siempre han sido lo más rico, nunca voy a olvidar sus tetas de la época en que estábamos jóvenes. Total que me acerqué y me reconoció, platicamos puras pendejadas irrelevantes como por 20 minutos y me dio su mail. En aquellos años se usaban correos de Hotmail para poder chatear por Live Messenger, me acuerdo que podías mandar un “zumbido”, era una mamada que hacía una especie de sonido de vibración y la ventana del chat se sacudía; y eso fue lo que hice el sábado de esa semana que la vi, le mandé un zumbido.
Todo ese sábado nos la pasamos platicando por Messenger, me contó que no iba a la universidad porque no había terminado la prepa, se salió porque no sabía que pedo con su vida y estaba trabajando en una farmacia del centro histórico, esa pinche farmacia todavía existe, cada que pasamos por ahí le recuerdo “¿te acuerdas cuando trabajabas en esta mamada?” y siempre terminamos riendo. También me preguntó que pedo con mi vida y le conté todo, hasta le conté que la morra había sido mi única novia hasta el momento, que ya me había cogido otras viejas de la uni, pero no había tenido novia. Ella me contó que tenía el mismo wey desde como los 17 pero que tampoco sabía que pedo con esa relación, que ya estaba bien aburrida, ya solo se veían para jugar Halo. Así estuvimos un chingo de tiempo, no les sé decir cuánto, pero si fue un buen rato, algunos meses yo creo, a veces nos pasábamos toda la pinche noche entre semana platicando puras pendejadas y al otro día nos mandábamos SMS preguntándonos que tan desvelados estábamos; ya teníamos celulares pero no los usábamos tanto, eran otros tiempos negrines.
Total que un buen día me envió un zumbido y al abrir su chat vi: “Que vas a hacer el domingo”. Ese domingo nos quedamos de ver a las 8 de la mañana y fuimos a un tianguis bien pinche enorme que se pone en los límites de Iztapalapa y Neza; el tianguis de San Juan, le dicen. El pretexto que me puso fue que quería comprar unas sudaderas porque ya venían las épocas de lluvias, la realidad es que fuimos a un puesto de micheladas, jajaja. Pinches negros, como la pasé bien ese día, nos empedamos bien rápido y hasta bailé reguetón y les juro que a la fecha no sé bailar, solo “bailo” con ella. No sé qué canción era porque no me gusta esa madre y a ella tampoco le gusta, pero si recuerdo lo que provocó; sentir sus nalgas restregarse en mí, rosar sus tetas con mis manos, sentir la piel de su cintura y ver sus mejillas rojas fue uno de los mejores momentos de mi vida. No saben lo ricas que se veían sus tetas con sus pezones empujando su blusa azul, tratando de salir, tratando de asomarse, pidiendo ser tocados. Terminando esa pinche canción que yo siento que duró como 15 minutos le dije: “Vamos a un hotel”. No dijo nada, fue y pagó la cuenta y nos fuimos caminado en chinga a un hotel que está ahí en corto, me fui todo el camino con la riata bien dura; no fue la única vez que pisamos un hotel, en todas siempre me pide que seamos discretos, pero ese día no, ese día ella me llevó de la mano y entró por la puerta de enfrente, segura y decidida. Yo ya conocía ese hotel y no les voy a negar que al chile ya iba pensando en llevármela para allá, no sabía si se iba a armar pero eso era lo que quería; así que en caliente pedí una habitación por 8 horas y nos fuimos al cuarto.
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